Cuando las nubes deciden juntarse para hacer "cosas", llueve.
Y gracias a la lluvia, las Flarolas florecen. Así de simple.
Hoy he tenido la oportunidad de encontrarme con una de ellas.
Mientras caminaba, una Flarola estaba suspendida en el aire.
- Buenas tardes.
- Buenas tardes-noches.
- ¿Le importaría si le hago una foto? -le he dicho yo.
- Por supuesto que no.
- ¡Gracias!
- De nada.
- Hasta luego y encantado.
- Hasta luego pues.
Y suspendida en el aire quedó.
Juan Carlos Calduch ©
Creo que vuelvo a mis raíces, de Flarolas o que se yo, de dónde comencé a salir del capullo que aún queda en mi interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario