The Wild Side

Pues a ver.

Primero pedí en la uni un portátil para poder trabajar sin que explotara mi ordenador.

Con la mala suerte que fui y no quedaba ninguno.

Prestamos de uno a quince días me dijeron. Así que esa noche descansé y al día siguiente volví de nuevo.

Esta vez si que habían y Agus le pregunto a la chica, la que nos atendió, que si le habían partido las piernas a alguien por devolverlo con retraso. Ella dijo que no.

Así que ayer exactamente fue cuando conseguí el ordenador.

Metí el "pene" y no me leía ningún vídeo, y antes de entrar en un ataque de pánico, metí todas las fotos en el "movie maker", que por cierto esas sí las leía; las pasé a vídeo.

Después aceleré los vídeos, así como cuatro veces, para que tuviera movimiento. Luego intenté descargarme un conversor de vídeo para poder cambiar el formato; pero como el ordenador es de la uni y trabajamos sin administrador... no pude.

Así que esta mañana he cogido el portátil de mi padre, que está menos petado que mi pc, y tampoco leía los vídeos. Así que aún a riesgo de implosionar y crear un agujero de antimateria... he encendido mi ordenador, he abierto el "movie maker" y he metido ahí los ocho vídeos que, más o menos, había... con la mala suerte de que no recordaba que al meter muchos archivos a la vez solo se copia el último... así que he ido vídeo por vídeo pasándolos a un formato legible y después... ¡POR FIN!, los he pasado al portátil dónde muy tranquilamente los he pasado al "movie maker", los he ordenado y he ido cortando los trozos que sobraban.

He fundido a negro las escenas en las que aparecían los muñequitos y he arreglado la parte del troll en la que casi no salía.

Luego, después de pensar mucho rato que título le pondría y que poner en los créditos, me he dado cuenta de que había llegado a los dos minutos, así que lo he fundido a negro y... fin.

¡Ah bueno! Le he metido la música, sin mayor complicación... copiar y pegar.

Creo que después de la entrada anterior, reírte con esto lo cambia todo.

¿En que consistía el trabajo?

Pues el trabajo consistía en que nos diéramos cuenta de que los objetos que nos rodean están ahí, de que a cada uno le damos una percepción distinta.

Están los objetos que usamos día a día de forma tan inconsciente que no nos percatamos.

Los objetos a los que les tenemos un cariño especial por ser de alguien que ya no está, regalados o simplemente nuestros y que aunque sean objetos comunes, como colgantes, pulseras, gomas de pelo, para nosotros son especiales.

Objetos que nos llaman la atención cuando vamos por la calle o que no podemos evitar fijarnos en casa ajenas.

Los zapatos, los picaportes de las puertas...

Objetos que coleccionamos o que no tiramos y no sirven de nada y no sabemos por que siguen ahí, pero siguen.

Teníamos que hacer una selección de objetos con una temática común y fotografiarlos de forma escénica, no con un fondo blanco sin más, que fuera algo más artístico, que hablara. O también podíamos hacer un vídeo con las mismas características.

Alba.

Después de la entrada anterior, esto, junto con algunas fotos bonitas del proyecto, te alegran el día.

Obviamente este vídeo no es un super-proyecto artístico de la ostia, ni nada por el estilo, pero me recuerda a cuando eramos unos años más pequeños y Alba y yo, grabábamos unos vídeos que aún no tienen el menor sentido, por el simple echo de pasar el rato.

Creo que ese buen recuerdo, aunque vosotros no lo sintáis, está claro... le da al vídeo bastante más importancia que si fuera una proyectazo.

Para hacer proyectazos siempre tenemos tiempo.

Juan Carlos Calduch ©